No fue un día mas.

Ayer, 2 de junio, a 10 días de la cita mas importante del deporte mundial, no fue un día mas de espera, no fue un día mas de tachar el almanaque que tenes pegado en la oficina, no fue un día menos en la cuenta regresiva. Fue un día de comienzo de una hermosa, desafiante y anhelada vivencia para algunos y la culminación de un sueño para otros, quienes recibieron quizá, la peor noticia de su vida. Todos los jugadores quieren estar en el mundial, eso esta claro, pero solo unos pocos tienen la suerte, si se puede llamar suerte de estar en el plantel de 23 jugadores que van a viajar a Brasil a representar a un país que siente el fútbol como nosotros, que si no fuera por el Papa, en muchas partes del mundo seguiríamos siendo conocidos solo por Maradona y Messi. Ayer se anunciaron los 23 y atrás quedaron las criticas, la discusión sobre la presencia de Tevez, las dudas que genera la defensa, si Sabella estuvo bien o no en bajar a Banega y los 23 de los 40.000.000 millones de Argentinos que obviamente tenían su propia lista. A partir de ahora no sirve discutir, ni criticar y solo tenemos que pensar en apoyar y sumar, porque hasta ayer estábamos a la espera de los 23 de Sabella, pero hoy son nuestros 23. Esos 23 que salen a la cancha cargando con los nervios y la incertidumbre de todo un país, esos 23 que saben que tienen que dejar la vida adentro de la cancha para poder volver con la frente alta mas allá de los resultados, esos 23 que tienen que hacer valer el sufrimiento de otros tantos que quedaron afuera y esos 23 que pueden darle una alegría a gente que no suele tener motivos para festejar. Ayer no fue un día mas para nuestros 23, y tampoco tiene que ser un día mas para nosotros, porque ya no somos un conjunto de opiniones o críticas, somos uno, ARGENTINA.